viernes, 11 de mayo de 2012

Curaciones & Tratamientos para Ciertas Enfermedades

Cuadro de Tolousse-Lautrec (1901)
 
En 1889 Augusto Ducrey (1860–1940), dermatólogo italiano descubre el bacilo del chancro blando (1888), en su honor bautizado Hemophylus ducreyii profesor de dermatología en Pisa y Roma. Junto con Tommaso de Amicis y Lodovico Tommasi, conformaban una trilogía de médicos italianos muy destacados en el campo de la dermato-venereología.

A finales de siglo XIX y comienzos del siglo XX las instilaciones uretrales para el tratamiento de enfermedades venéreas se hacían con permanganato de potasio de 1x10.000 a 1x 5.000, dos tratamientos diarios por 15 días y con nitrato de plata al 1x200, con expresiones uretrales, dándose como resultado cuadros de uretritis crónicas con estenosis uretrales, motivo de tratamientos crónicos para todos éstos pacientes. Las dilataciones-expresiones-lavados uretrales, no estaban exentos de ocasionar problemas como estrecheces uretrales, las periuretritis fistulosas y los abscesos periuretrales.


Jeringas de irrigación uretral


Instrumentos que tienen como finalidad producir masajes a la uretra, (masajeador Hidráulico de Janet) diseñado básicamente para la uretra anterior afectada por las enfermedades venéreas tan frecuentes en la época. En 1902 el doctor Albert C. Barnes de Pennsylvania (1872-1952) y Hermann Hille científico alemán, producen el Argyrol® compuesto a base de nitrato de plata, poderoso germicida utilizado como antiséptico y colocado tópicamente en las conjuntivas como profiláctico de la oftalmia neonatorum, utilizado también como antiséptico y astringente especialmente en infecciones de piel y mucosas. En éste último caso se utilizó intrauretral para infecciones uretrales de etiología venérea ocasionando estenosis uretrales crónicas de difícil tratamiento, que condenaba al paciente a dilataciones perennes con sondas metálicas. El descubrimiento de éste producto convirtió al doctor Barnes en multimillonario, utilizando parte de ésa fortuna para la adquisición de obras de arte del período impresionista francés de principios de siglo XX y posteriormente crea en 1922 la Fundación de un Instituto de Apreciación de Arte Pictórico (Barnes Foundation) en la ciudad de Maryland, Estados Unidos de Norteamérica, para promover el avance de la educación y apreciación de las Finas Artes. Barnes nació en un vecindario de obreros de Filadelfia y a los 20 años ya tenía el título de médico de la Universidad de Pennsylvania en Estados Unidos de Norteamérica. Se le llamó en su tiempo el “Medici del siglo XX”, haciendo referencia a la familia Medicis florentina, en especial a Lorenzo de Medicis, mecenas que hizo posible el despunte del espíritu humanista en la cultura occidental, en pleno renacimiento italiano. Estudió también Química y Farmacología en la Universidad de Berlín y en la Universidad de Heidelberg donde conocería al científico alemán Herman Hille, compañero de sus investigaciones y Nitrato de Plata-Argirol® Dr. Albert C. Barnes (1872-1952).

En 1905 el zoólogo prusiano Fritz Schaudinn (1871-1906) y el médico militar berlinés Erich Hoffmann (1868- 1959) descubren que el agente causal de la sífilis el Treponema pallidum. hasta ése momento una de las más penosas enfermedades en la historia de la humanidad. Sucedió el dia 3 de marzo de 1905, en la Clínica La Charité de Berlín, siendo muy difícil identificar dicho agente patógeno, ya que era casi transparente y por tanto sólo visible al microscopio mediante contraste de fase.


En la Edad Antigua fueron pocos los médicos que consiguieron prestigio. El arte de curar era un oficio muy peligroso en casi todas las sociedades. El Código de Hammurabi, por ejemplo, establecía el derecho del damnificado a generar al médico el mismo mal que éste no curó en su “paciente” (aunque en realidad el empleo de este término resultaría totalmente incorrecto). Esto significa que si el paciente perdía un miembro debería amputársele el mismo también al médico.
En la Edad Media, mientras la medicina avanzaba en el Asia Menor - fundamentalmente de la mano del maestro Ibn Sina (también conocido como Aviscena)- en Europa se restringía a la prácticas de amputaciones, extracciones de dientes y sangrías. Antes que un modelo de atención centrado en la curación regía un modelo higienista. El Estado fijaba “necesidades” de salud pública, pero no existía la noción de demanda por bienes y servicios de salud. Por el contrario, las acciones de salud operaban como una policía médica que imponía su voluntad contra la de la población. En Roma, por ejemplo, la inspección irrumpía en los hogares e incautaba alimentos “insanos” y hasta se fijaban cuotas para ingerir grasas y bebidas.
La noción de necesidad surge de la mano de un sanitarismo que fue anterior a la figura del médico como profesional liberal que vende servicios. En los periódicos y revistas de principios del siglo XX se satirizaba su imagen mostrando cómo forzaban a la gente a vacunarse y realizar controles y diagnósticos.
Este concepto de necesidad era aún muy sesgado. Antes de la Revolución Industrial se pensaba que las influencias ambientales y climáticas eran los condicionantes más importantes de las necesidades de salud. Sólo a mediados del siglo XVIII, en Inglaterra primero y luego en Francia y Alemania, se comenzó a percibir la importancia de¡ ambiente socioeconómico en la distribución de las enfermedades.

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