Este emblemático barrio debe su nombre a que es precisamente en esta
zona en donde se encuentran las bocas del Riachuelo, en donde sus aguas
desembocan en el Río de la Plata. Muchos historiadores coinciden en
señalar que La Boca es el lugar en donde Pedro de Mendoza fundó la
ciudad de Santa María de los Buenos Aires, en 1536. Durante varios años,
la boca del Riachuelo fue el puerto natural de Buenos Aires, pero
debido a problemas tales como la poca profundidad de las aguas, los
bancos de arena y las considerables crecientes y bajantes, entre otros,
el puerto se trasladó más hacia el norte de la Ciudad.
Donde hoy se asienta el barrio de La Boca era una zona hostil,
pantanosa, desolada y con periódicas inundaciones. Pero, a fines del
siglo XIX comenzó a instalarse allí una pujante y creciente comunidad
italiana con preponderancia de origen genovés que, poco a poco, fueron
dándole vida y personalidad al barrio. Con el tiempo se fueron
incorporando otros grupos de inmigrantes, españoles, griegos, alemanes y
algunos dispersos grupos de franceses y sajones.
El barrio era un lugar de marineros de paso, con lo cual, se abrieron
numerosas pulperías. Los italianos que habitaban el lugar eran cada vez
más, hasta que en 1882 un grupo de genoveses firmó un acta que enviaron
al rey de Italia comunicándole que habían constituido la República de la
Boca. Al enterarse de esta noticia, inmediatamente, el entonces
presidente, Julio Argentino Roca hizo quitar la bandera genovesa izada
en el lugar y puso fin al conflicto.
La Boca se caracterizó por ser un barrio de habitantes divertidos,
ruidosos y melancólicos. Hablaban el dialecto xeneixe, el de los
genoveses, como si estuvieran en su tierra. Eran muy trabajadores y
solidarios, llegaron a formar numerosas instituciones de apoyo
comunitario, editaron diarios y fundaron clubes deportivos y culturales.
Dada su gran sensibilidad para el arte, en el barrio han nacido
cantores, músicos, poetas y artistas plásticos, muchos de los cuales han
ocupado lugares significantes en el sentir popular.
Dentro de sus límites funciona una ejemplar dotación de bomberos
voluntarios, muy conocidos y valorados por su gran labor,
profesionalismo y trabajo en la comunidad. La mayoría de las casas eran y
son de madera y chapa, esto hace que los incendios sean frecuentes y
amenazantes. En tal contexto, la tarea de los bomberos fue y es
fundamental.
La Boca presenta una particular arquitectura, casas de madera y chapa,
ambas con balcones de hierro que aún se conservan por las calles del
barrio. Sus fachadas de chapa acanalada se combinan con las carpinterías
de madera enriquecida por variadas molduras. Los colores de las casas
representan una innumerable variedad que deviene de los sobrantes de
pintura que los marineros traían a sus casas, como la pintura era
costosa, y la cantidad escasa para pintar toda la vivienda de un mismo
color, se aprovechaba hasta la última gota, por lo tanto, se pintaba
primero los marcos hasta agotarla, para pasar luego a las paredes y
pintar hasta donde alcanzara. Además, las líneas horizontales eran y son
una característica de La Boca, largos tablones superpuestos en las
casas de madera y la acanaladura de las chapas.